De confirmarse la victoria de Chakwera, el partido gobernante y su líder, en el poder desde el 2014, sufrirían un fuerte varapalo, el segundo en lo que va de año. En febrero, el Tribunal Constitucional anuló las elecciones presidenciales celebradas el 21 de mayo de 2019 por irregularidades y forzó una repetición electoral, en una decisión histórica con un solo precedente en el continente africano: con el presidente keniano Uhuru Kenyatta como protagonista (2017). La nueva cita electoral para el país de 17 millones de habitantes, que se celebró el martes en un clima de calma, puso a prueba la estabilidad del país y la capacidad de los tribunales de plantar cara al fraude electoral y al poder. El partido del gobierno, Partido Democrático Progresista (DPP), presentó una queja por supuesta violencia en los bastiones de la oposición.
Mutharika, ahora muy debilitado, ganó las elecciones de 2019 con un 38,57% de los votos de acuerdo con la comisión electoral; su principal rival, Chakwera, se quedó a tan solo 160.000 papeletas de arrebatarle la victoria. Sin embargo, las presiones y protestas llevó a una exhaustiva investigación que culminó con la decisión del Tribunal Constitucional de anular los comicios por «irregularidades generalizadas y sistemáticas». El partido gobernante, que nunca digirió la decisión de la Justicia, presentó varios recursos para impedir la celebración de unas nuevas elecciones presidenciales. Pero el Tribunal Supremo se mostró firme y rechazó las apelaciones.