Las elecciones en Polonia ahondan la división frente a la UE

Como lleva sucediendo repetidamente en la última década, las elecciones presidenciales polacas sirven sobre todo para profundizar las divisiones del país. Sin gran sorpresa, las que se celebran este domingo volverán a ser un pulso entre el nacionalismo populista y el liberalismo europeísta, entre el partido conservador radical Ley y Justicia (PiS), que apoya la reelección de Andrzej Duda, y el alcalde de Varsovia, Rafal Trzaskowski, que representa la otra mitad del país que quisiera verlo conectado con las corrientes liberales y modernas de sus vecinos occidentales. Las encuestas prevén la victoria de Duda aunque probablemente no obtenga una mayoría suficiente para eludir una segunda vuelta.

Estas presidenciales polacas y la segunda vuelta de las municipales francesas, que también se celebran este domingo, son la primera convocatoria electoral en tiempos de esto que se quiere describir como «nueva normalidad». En Polonia, debían haberse celebrado el 10 de mayo y el PiS hizo todo lo que pudo por mantenerlas para aquella fecha, con la teoría de que todo el país podía votar por correo. Pero en un ambiente político tan dividido, esta idea levantó no pocas suspicacias, porque hacía prácticamente imposible la verificación razonable del recuento. Incluso la Comisión Europea emitió un comunicado en el que -sin decirlo claramente- daba a entender que ello planteaba serias dudas. Teniendo en cuenta que Polonia está siendo severamente reprendida por las instituciones europeas a costa de las reformas que ha impuesto el PiS en el sistema judicial y que Bruselas piensa que socaba la independencia de los jueces, el Gobierno se resignó a este aplazamiento, no sin grandes tensiones en el seno de la mayoría gubernamental. El primer efecto de este cambio de fecha ha sido, en efecto, que el candidato a la reelección ha pasado de esperar una victoria aplastante en una primera vuelta a una ventaja insuficiente con la perspectiva de una segunda votación que debería tener lugar el próximo 12 de julio.

Andrzej Duda: reforzar el proyecto
Duda está considerado como el heredero político de Lech Kaczynski, el más activo e inteligente de los dos hermanos gemelos fundadores del PiS y que fue presidente de la República hasta su fallecimiento el 10 de abril 2010, en un controvertido accidente aéreo en el aeropuerto ruso de Smolensk. Duda era la persona de su máxima confianza pero en las elecciones que se celebraron después del accidente, el partido prefirió presentar al hermano gemelo de Lech, Jaroslaw Kaczynski, que sería derrotado. Cinco años después, Duda se tomó la revancha y fue elegido pesidente, un puesto desde el que a pesar de sus limitadas competencias ha logrado apuntalar al PiS en el Gobierno a pesar de sus complicadas disputas internas.

Trzarkowski gana terreno
La candidatura de Trzarkowski ha ganado mucho terreno en las últimas semanas, pero no lo suficiente como para dar la vuelta a las previsiones. A Duda se le pronostica entre un 40 y un 45 %, frente al 30 o 35 % para el alcalde de Varsovia. El tercer candidato en discordia es el periodista televisivo Szymon Holowni
a, que en realidad no pertenece a ninguno de los dos bloques y que se ha presentado como la alternativa a la división recurrente del electorado. Las encuestas afirman que en la primera vuelta no tiene ninguna posibilidad, porque a pesar de que ha dedicado todo el periodo del confinamiento a hacer campaña en la red, se le atribuye apenas un 12% de la intención de voto. Esas mismas encuestas afirman, sin embargo, que si la segunda vuelta fuera un pulso entre Holownia y Duda, el periodista ganaría con cierto margen. Los pronósticos para un más probable pulso directo entre Duda y Trzaskowski, sin embargo, pronostican un empate que debería resolverse contando hasta el último voto.

Rafal Trzaskowski: la vía proeuropea y liberal
Al alcalde de Varsovia, que ha sido eurodiputado como Duda y tiene también la misma edad (48 años),le respalda la Plataforma Ciudadana (PO, del grupo Popular europeo), del ex primer ministro y expresidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. Hasta el inesperado aplazamiento de la votación, la candidatura de Trzaskowki no estaba siquiera en la imaginación de los polacos. En el escaso tiempo que ha tenido para hacer campaña a favor del liberalismo proeuropeo, ha obtenido un resultado muy prometedor, pero está por ver si será suficiente para provocar la celebración de una segunda vuelta. Su gestión como alcalde de la capital le proporcionará probablemente un apoyo sólido en los sectores urbanos.

Bajo el Gobierno del PiS, Polonia se ha atrincherado en la coalición de países conocida como «el grupo de Visegrado» en el que figuran Hungría, la República Checa y Eslovaquia, todos ellos envueltos ahora mismo en una atmósfera euroescéptica. Los cuatro reciben importantes beneficios de su pertenencia a la UE, sobre todo Polonia, pero no están de acuerdo en los temas más delicados y difíciles como las cuotas de refugiados. En política exterior también ha preferido orientarse hacia Estados Unidos, en lugar de hacia sus aliados europeos.