Entre esas 800 nuevas posibles pistas hay declaraciones de personas que han reconocido al sospechoso y que describen escenas delirantes, por ejemplo sus borracheras en las que perseguía ovejas en las inmediaciones del pueblo portugués. La pareja austríaca Oliver y Karin Stenard ha identificado al hombre de la foto como el vecino que había vivido en la casa adyacente y han añadido otro dato que llama poderosamente la atención: el otro vecino de la vivienda en la que el sospechoso estaba alojado era un policía, un detective que estaba trabajando para Scotland Yard y del que hasta ahora no se tenía noticia, a pesar de que todo el vecindario fue interrogado tras la desaparición de la niña.
Otros casos
La prensa alemana ha destapado también, a raíz de las nuevas pistas, que han servido para relacionar a Christian B. con los abusos sexuales de otras cuatro niñas menores de edad en 2017. El alemán las habría atacado un parque infantil cerca de su lugar de residencia y la publicación de su foto ha hecho posible ahora la identificación. También Nelia Cabanas, una madre portuguesa, ha reconocido al hombre que el 11 de junio de 2017 se masturbó delante de una grupo de niños pequeños en una fiesta infantil que se celebraba en un parque de San Bartolomeo de Messines. «Mi hija vino a decirme que aquel hombre estaba enseñando su pipí. Cuando me acerqué y vi lo que ocurría, grité y un grupo de padres logró sujetarlo hasta que llegó la policía», ha relatado a medios alemanes. «El verdadero susto lo hemos sufrido ahora, entonces no podíamos sospechar que se trataba de alguien tan peligroso», confiesa. Fue gracias a aquel incidente que Christian Brückner fue detenido y extraditado a Alemania.
A medida que avanza la rama alemana de la investigación, destaca la conexión del sospechoso con Bernhard P., ciudadano alemán de 70 años que regenta un depósito de chatarra ilegal en Portugal y que alojaba en su casa al hombre que hoy cumple prisión por otros delitos y que arrastra un largo expediente judicial que incluye varios delitos de abusos de menores. Aunque oficialmente consta que Christian B. vivió en Portugal durante 22 años, lo que realmente ocurría es que estaba registrado en el domicilio portugués de Bernhard P. mientras viajaba por toda Europa en su Volkswagen T3 Westfalia Camper. Le había comprado ese vehículo a su amigo Bernhard, la única persona que lo visitó tras su detención en la prisión portuguesa en la que estuvo preso entre abril y diciembre de 2006 por un robo de combustible. Bernhard ha reconocido que sabía que Christian viajaba al Algarve desde Alemania con un automóvil robado y que había huido de la policía alemana.
Un cómplice
El hallazgo de la caravana, en 2016, dejó muy claro el perfil del criminal. En su interior, Brückner, había ocultado bañadores de niños pequeños y tarjetas de memoria con más de 8.000 archivos con fotos y vídeos de abuso infantil en una bolsa metida en un agujero en el suelo, debajo del cuerpo de su perro muerto. Pero son necesarias más pruebas antes de que, después de haber cumplido dos terceras partes de su actual condena, el sospechoso pueda acceder a un estatus de libertad condicional.considera probado que Brückner recibióuna llamada de 30 minutos de duración entre las 19.30 y 20.00 horas la misma noche en la que desapareció Madeleine y muy cerca del apartamento en el que los McCann habían dejado solos a los niños mientras cenaban con unos amigos. La policía alemana sospecha que estaba en comunicación con alguien que vigilaba a los padres en el restaurante, para asegurarse que podía entrar en el apartamento impunemente, lo que supondría la existencia de un cómplice, pero todavía no ha sido posible establecer quién estaba al otro lado del teléfono ni el contenido de la llamada.
A pesar de los crecientes hallazgos y según el fiscal jefe, Christian Wolters, no se dan todavía las circunstancias necesarias en la investigación para acusar al sospechoso del asesinato de Maddie y, como estará en prisión en Kiel por otros delitos hasta principios de 2021, prefiere apurar los meses que quedan recabando más pruebas. En Alemania se cree posible, además, que podría estar relacionado con otros menores desaparecidos en circunstancias no aclaradas en el país o en la vecina Holanda.