El menor agredido, que sobrevivió a una caída de unos 30 metros, es un francés que en aquel momento visitaba el museo con su familia y sufrió una hemorragia cerebral y fracturas en la columna vertebral, las piernas y los brazos, heridas de las que no ha logrado recuperarse del todo. La vida del niño, que sigue hospitalizado y en silla de ruedas tras pasar varios meses ingresado en la unidad de cuidados intensivos de un hospital en Francia, «no volverá a ser la misma», añadió la jueza.
«El miedo que debió haber experimentado y el horror que sintieron sus padres están más allá de la imaginación. Tenías la intención de matar a alguien ese día. Casi matas a ese niño de seis años», le espetó la jueza a Bravery y agregó que el trastorno del espectro autista «no explica ni justifica el ataque».
En una grabación de un año antes, el autor de los hechos le confesó a uno de sus cuidadores que quería matar a alguien. The Daily Mail, que tuvo acceso al audio, detalló en su momento que Jonty Bravery dice en él que «en los próximos meses tengo que matar a alguien, lo tengo en mi cabeza», y además aseguró que quería ir «al centro de Londres» y «empujar a cualquier persona desde un lugar alto». Pese a esta advertencia y a que estaba ingresado en una institución tutelado por el Estado debido a su historial de agresiones, ese día se le permitió salir sin supervisión.