Alemania reforzará la vigilancia en las mezquitas para combatir el terrorismo de extrema derecha

Bajo el impacto del atentado racista de Hanau y presionado por todas partes para ofrecer una respuesta, el Gobierno alemán ha anunciado este viernes un refuerzo de la vigilancia policial, sobre todo cerca de las mezquitas, frente a una amenaza de la extrema derecha «muy elevada».

Las concentraciones en memoria de las nueve víctimas del doble tiroteo de Hanau, organizadas el jueves por la tarde en varias ciudades alemanas, han dado lugar al comienzo de un polémico debate sobre las armas, la protección de la minorías y el papel incendiario del partido de extrema derecha AfD.

El país se ha enfrentado a tres atentados racistas y antisemitas en nueve ocasiones, desde el asesinato de un político favorable a la inmigración a la matanza de Hanau, pasando por el ataque contra una sinagoga de Halle durante Yom Kippur.

Un problema político
En este contexto, marcado por el desmantelamiento de grupos dispuestos a pasar a la acción, «no se puede hablar de actos individuales (…) sino de un problema político. Es el momento de actuar», resumió el viernes el diario berlinés Tagesspiegel.

Frente a este «peligro número uno para la democracia», según la ministra de Justicia, Christine Lambrecht, el Gobierno ha anunciado el viernes nuevas medidas.

Los «lugares sensibles», en particular los alrededores de las mezquitas, los aeropuertos y también las fronteras, van a recibir una vigilancia reforzada, ha anunciado el ministro del Interior, Horst Seehofer.

El Gobierno de Angela Merkel ya ha endurecido claramente su arsenal legislativo y de seguridad durante estos meses, imponiendo nuevas obligaciones a las redes sociales para señalar los contenidos de odio o protegiendo mejor a los políticos y a los militantes.

Pero estas medidas no sirven para controlar todas las amenazas, particularmente las que encarnan estos individuos solitarios, desconocidos por la policía y armados, que atacan de manera inesperada, como el asesino de Hanau.